Hace unos días, a sabiendas de que mi nieta pasaba aquí unos días, mi hijo mayor trajo a casa una colección de películas de Walt Disney, para que después de salir de paseo, y jugar un rato, la niña tuviese películas para ver, porque a ella también le gusta la televisión, aunque no dejamos que vea todo lo que en ella se emite en el horario infantil.
Y me senté con ella a ver Bambi, y mis ojos se llenaron de color y naturaleza, de sentimiento y recuerdos, de ausencias mas grandes que nunca, por que ahora esta a punto de llegar la Navidad.
Mis ojos de llenaron de manchas y sonrisas mirando “Los 101 dálmatas“, y pensé en otras navidades con un montón de personas queridas que ya no están, y que tan feliz me hicieron en estas fechas, y mis recuerdos vibraron conmigo.
Sentada junto a mi nieta, viví de nuevo la alegría del circo viendo Dumbo, y los animales tan graciosos que a ella tanto le gustan, llenándome de sonrisas y preguntas, y muchas veces me hizo alguna que no supe contestar, y que encogió mi corazón con su vocecilla ¿donde esta mi mamá? Mi mama vendrá hoy a por mí…
Y fui amada explicándole el amor de “La dama y el vagabundo“, viviendo de nuevo mi amor de joven, de palabras olvidadas y besos recuperados, tan sentidos como el primer día, tan honestos que me convirtieron en la mujer que hoy soy.
Tantos y tantos títulos que yo creía que había visto pero no era así, yo sabia de esas películas, pero solo me engañaba pensando que las había visto, por que en mi casa había mas necesidades que las de ir al cine por entonces, cuando fui mayor perdí las ganas de verlas, solo yo me decía que eran para niños, negándome ese placer que hoy volví a tener, por que aun sin llegar estas fechas son para recordar y vivir las mejores navidades de mi vida, así quiero creerlo pero, tendré que guardar hondamente mil recuerdos para no borrar la sensación que ahora tengo.