Le dirás que, vi las flores desde sus ojos, y los pájaros con sus trinos acompañando sus primeras palabras, que al principio solo eran ruiditos que me complacían, y llenaban mis oidos de sonidos jamás escuchados, y como música disfrute muchas veces.
Habla con ella de mis minerales, de mis cuarzos, mis gemas, de mis rutilos, y sobre todo de la luz de sus ojos maravillosos como la noche, de sueños y su inmensidad.
Cuéntale lo mucho que la he amado, de los tres años que vivimos a diario juntas, de su rebeldía y de mis imposiciones, que ahora pienso que no eran necesarias, por que solo ella, tiene que aprender a vivir por sus ojos, y no por los míos.
Y cuando yo no este... háblale de que fue mi vida, que aprendí a ser tolerante cada día, que aprendí que la vida hay que vivirla con los ojos de niña, sin miedo y sin maldad, siendo agua clara, sin contaminar por nadie, solo poniendo corazón en los sentimientos, y comprensión contra la intolerancia, ¡¡¡díselo hijo!!! Que ella fue por un tiempo mi vida.
¡Hola Lola!!!
ResponderEliminarHas escrito un precioso relato envuelto en prosa y referido a la pequeña saltamontes de tu nieta. Ella sabrá cuanto la quieres, quizás cuando ella tenga hijos, entonces se dará más cuenta de lo que escribes hoy.
Me ha encantado leerlo te quedó exquisito.
Ha sido un inmenso placer pasar por tu lindo rincón de añoranzas
Te dejo un abrazo grande, mi gratitud y mi estima con mis mejores deseos de paz amor y felicidad.
Felices fiestas navideñas y un muy propicio año nuevo que ya se avecina.
Que todos tus sueños se hagan realidad amiga.
Hasta enero si Dios quiere.
Muchas gracias Marina, yo también te deseo unas felices fiestas, en buena compañía querida amiga. Un beso.
EliminarMERCE CARDONA. Me ha encantado visitar tu casa, un hermoso y emotivo relato, a los nietos se les quiere con locura, deseo que disfrutes de ella. besosssssssssssssssssssss
ResponderEliminarHola Mercedes, es verdad que se les quiere muchísimo, esta niña es mi única nieta, los otros tres son chicos, pero ella fue la primera y me hizo ser madre cuando yo solo quería ser abuela. La cuide con mucho amor casi tres años, después empezó la guardería, después el colegio, y ya la veo poco, solo cuando voy a su casa algún fin de semana, pero es lo normal, ya han pasado diez años de esa foto, y todo lo escribí por esa época, y menos mal que lo escribí, porque si no mis recuerdos no serian tan intensos. Muchas gracias por tu comentario. Un beso.
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