EL BAÑO
No había podido dormir la siesta y lloraba por todo, el calor también ponía algo de su parte, y la tarde se hizo insoportable.
Decidí que podíamos bañarnos, la bañera es grande y tiene burbujas, pero en esos momentos lo que mas agobiaba era el calor, y el agua templada seria buena medicina.
Yo con una esponja he empezado a frotarle la espalda, suavemente, con mucho gel para que se deslizase bien, no se movía eso es señal que le gustaba, de vez en cuando sonreía, y sus ojos negros se clavaban en los míos como agradeciéndome lo que estaba haciendo.
Con la esponja, he empezado hacer una cascada de agua sobre su cabeza, y miraba como salpicaba y sonreía, estaba preciosa tratando de coger el agua, al igual que yo intento coger la vida que pasa, y he pensado todo el agua que se quedara sin poder coger, igual que me ha pasado a mi….
Se sentó entre mis piernas, y empezó a jugar con mis pies (le gustan mis uñas pintadas) yo he masajeado uno de los suyos, después el otro, el sueño iba llegando a sus ojos pero, se resistía a cerrarlos.
Después he salido yo de la bañera, y a ella la he envuelto su cuerpo suave y terso en una mullida toalla, y allí he vuelto a masajearla con su aceite de bebe, y ya apenas podía abrir los ojos.
Al ponerle el pijama, apoyo su cabeza contra mi pecho, y ya dormía placidamente, los colores en su cara, y sus manitas aun arrugadas del agua, me han hecho ver que ha sido un baño maravilloso, ella se durmió, y yo, su abuela, feliz de verla tranquila y sonriendo en sus sueños… y ya, hasta la próxima.
