ELLA EMPEZO...
Ella empezó a formar parte de mis días, y durante tres años ella lo fue todo.
Empecé a ver las estrellas desde sus ojos, y a sentir el calor en mi cuerpo a través del suyo, ella cambio hasta mi nombre, porque ya no fui Lola, solamente fui la abuela de Andrea.
Me hizo ser joven de nuevo, los biberones y las papillas fueron prioritarios en esos días antes que ninguna comida, y su vida fue la mía, y sus sueños mis pesadillas, pensando en "las brujas" que encontraría en los días de su vida.
Era una niña graciosa, que empezó a jugar con sus muñecos llamándolos bebes, y sobre todo a uno al que puso de nombre... Fernandito, y cuando llego su hermano, ese nombre paso a ser el de él.
Fue mimosa y cariñosa, sus manitas recorrían mi rostro haciéndome joven cuando ya habían aparecido algunas arrugas, ella empezó a ser amiga de ellas, y a mi dejo de importarme hacerme mayor.
Ahora lo tengo todo, mas años, mas arrugas, más tiempo, mas soledad, y solamente me falta algo... su compañía que cada día se vuelve más escasa.
Esa es la ley de vida, pasa sin poder evitarlo, a veces, hasta nos terminamos acostumbrando y eso ya se convierte en rutina es lo peor, porque a veces todo esto se convierte en olvido.