EN VERANO... ANDREA

EN VERANO... ANDREA

La veo pasar a mi lado, con su bañador blanco de flores rojas, y su melena rubia enmarañada, y sus prisas por bajar a la playa, su desayuno aun sin terminar, porque ella jamás tiene hambre.

La veo levantarse cada mañana, con sus ojos negros menos negros, parece que parte del mar quiere quedarse en su mirada, para cuando llegue el invierno recordar este caluroso y raro verano, donde se mezclaron tantas cosas, que ni se donde girar mi corazón para canalizar los sentimientos, en estos momentos descolocados.

La veo con sus ojos que no quiere cerrar aunque le pueda el sueño y se resiste a la noche, y jamás deja de andar con sus pasitos saltarines, que me llenan de alegría, y a veces de cansancio.

Ya tienes cuatro años, para el otoño, nacerá tu hermano, pero no tengas pelusa niña de mis ojos, porque llenaste mi vida de color y alegría, de mil cosas por hacer cada día, de esperanza, y de amor por tus cosas revoloteando por mi casa, y chismes siempre por medio, que a veces me resulta difícil andar sin pisar alguno, y es que tu Andrea, lo quieres tener todo a la vista, aunque no juegues con nada.

Andrea querida, siempre serás mi chica estupenda, fantástica y mágica, siempre serás lo mejor que haya habido en mi, en los genes que te dieron tus padres, y en los suspiros que haya dado tu abuela (yo) desde que naciste.

ANDREA MIA

ANDREA MIA

A ella le gusta sentarse a mi lado cuando me arreglo, y cuando me ve pintarme se queda muy quieta después me dice... ahora a mí.

Yo sonrió tratando de que se le olvide, pero no olvida, y repite una y otra vez, a mí píntame los labios con el color rojo, igual que tu, porque ese me gusta.

Mi niña, que ya cumplió cuatro años, y casi tres los ha pasado conmigo, ahora solo comparte vacaciones y algunos fines de semana, también algún día del maestro que no tiene colegio y su madre tiene que irse a trabajar.

Andrea querida, ayer pasaste aquí el día, me ayudaste hacer la cama y la comida, te puse un mandil y después te gusto ponerte en el fregadero a lavar cacharritos, no me dejaste poner el lavaplatos, por que tu quieres ayudarme todo el tiempo.

Como te echo de menos hoy, tus risas no suenan en mi casa, y tus manitas no pasean mi rostro diciéndome lo mucho que me quieres, pequeña mía, cuanto te añoro cuando no estas, y deseo verte cada día.

Te quiero Andrea bella, siempre serás mi cebollita tierna, mi amor más cálido, mi ser en ti ... entero.

TODOS MIS SUEÑOS

TODOS MIS SUEÑOS

De qué color son los sueños me pregunte una vez, y a que saben, y como llegan a mí, y entonces recordé que…

Los sueños son del color de los ojos de mi niña Andrea, que se oscurecen al llegar la noche con sus risas, y la rebeldía de no querer dormir, aunque se queda dormida a mi lado.

Saben tan ricos como sus besos, dulces, como sus sonrisas, como sus palabras bellas y mágicas.

Y llega todo a mí por lo mucho que la quiero,  el recuerdo porque , que me gusta mimarla, es mi diario bien estar, y mi amiga más estupenda, y su sentir queriendo ser mayor que yo no quiero que pase tan rápido.

Mi niña bella, tiene en su poder todos mis sueños, se mece en mi mirada, y me devuelve la sonrisa con sus abrazos eternos y cálidos.